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Unidos Podemos dopo Rajoy- foto di Pablo Iglesias

Unidos Podemos dopo Rajoy

Da www.20minutos.es – El terremoto que supone la llegada de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno tiene profundas implicaciones para el resto de partidos. En este panorama, Unidos Podemos gana peso y se convierte en el socio con el que el PSOE tendrá que contar en cada una de las votaciones. En lo que va de legislatura, el grupo morado había ejercido una oposición férrea pero estéril -ninguna de sus proposiciones de ley se ha aprobado en lo que va de legislatura-. Desde ahora, podrá condicionar la acción del Ejecutivo, y aunque se muestra dispuesto a negociar medidas clave -como el techo de gasto-, no lo pondrá fácil. Porque lo cierto es que Sánchez se enfrenta a una aritmética endiablada y al duro reto de gobernar apoyado, de partida, por un grupo de solo 84 escaños. Enfrente tendrá a los 137 diputados del PP, cuyo portavoz, Rafael Hernando, le acusó durante su intervención en el debate de la moción de censura en el Congreso de llegar al Gobierno gracias a los “golpistas” y los “viejos amigos de ETA”, y le preguntó qué “precios tendrá que pagar por sus nuevas amistades”, lo que anticipa un PP enrabietado y una dura oposición conservadora. Descartados los escaños del PP, restan 213 en la Cámara, y exactamente un tercio (71) pertenecen a Unidos Podemos o Compromís. Sin ellos, y aunque tuviera el sí del resto de partidos, a Sánchez le faltarían más de 30 votos para la mayoría absoluta. En otras palabras: será casi imposible que salga adelante ninguna votación sin la colaboración de los diputados de Pablo Iglesias e Irene Montero. “Si yo fuera Sánchez, me habría sentado antes con nosotros”, comenta un miembro del grupo morado, que cree que el socialista debería pactar con ellos un Gobierno o, en su defecto, una hoja de ruta. Podemos no ha abandonado su deseo de entrar en un Gobierno de coalición. Iglesias emplazó a Sánchez durante el debate a conformar un gabinete bicolor, “integrador” y que “dé estabilidad a España”, además de ofrecerle “ganar juntos las próximas elecciones generales”, pero ese escenario está virtualmente descartado: el presidente electo dejó claro en su réplica que la moción se aprobó sin haber asumido compromisos previamente, y ha mencionado en múltiples ocasiones que apuesta por un Gobierno “socialista”, además de paritario y “europeísta”. En el grupo morado insisten en que una coalición podría garantizar cierta estabilidad hasta 2020, y advierten de que un gabinete socialista monocolor tendría que enfrentarse a la “oposición” de Unidos Podemos. Fuentes del partido insisten en que un Sánchez en solitario se enfrenta a un “encaje de bolillos muy complejo” y subrayan que gobernar con solo 84 diputados puede ser “extraordinariamente difícil”, habida cuenta, además, de que PP y Ciudadanos tienen mayoría en la Mesa del Congreso y en el Senado, por lo que pueden torpedear la acción legislativa del nuevo Ejecutivo. Los partidos de Rajoy y Rivera, por ejemplo, pueden pactar sucesivas ampliaciones de los plazos de enmiendas en la Cámara Baja, lo que supondría retrasar todas las votaciones y evitar la aprobación de las iniciativas legislativas del resto de partidos. Además, el PP podrá emplear la comodísima mayoría absoluta de la que disfruta en el Senado para torpedear al nuevo Gobierno y retrasar todas sus medidas. Por si esas dificultades fueran pocas, Sánchez tendrá que negociar cada medida con Unidos Podemos, que presionará para que salgan adelante algunas de sus medidas estrella. Muchas de ellas versan sobre la subida del salario mínimo, el aumento de las prestaciones por desempleo, las pensiones o la igualdad entre hombres y mujeres. En el grupo morado planean destinar muchas de sus energías a marcar la agenda y ganar la batalla de la opinión pública para forzar al Gobierno socialista a ir más a la izquierda de lo que el nuevo presidente quiera inicialmente. Una de las claves para saber cuánto durará la legislatura es saber si Sánchez logra aprobar unas cuentas para 2019. El primer paso es pactar el techo de gasto. Unidos Podemos está dispuesto a negociarlo, pero quiere relajar el ritmo de reducción del déficit para asegurar mayor disponibilidad presupuestaria para medidas sociales, en línea con lo que planteó en sus presupuestos alternativos. En cuanto a los presupuestos de 2018, aprobados por el PP en el Congreso y que Sánchez mantendrá, Unidos Podemos admite que será difícil modificarlos, aunque estudiar plantear la modificación de partidas puntuales o la aprobación de créditos extraordinarios.

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